1. Coliseo, el anfiteatro de Roma
No debes perderte el Coliseo de Roma. El antiguo anfiteatro es realmente impresionante y es visitado cada año por 5 millones de turistas sin motivo alguno. Sin embargo, una visita al Coliseo debe estar bien preparada, no solo por los tiempos de espera a veces muy largos. ¿Qué puedes ver en el Coliseo? ¿A qué debo prestar atención durante la visita? ¿Qué pasa con los carteristas? ¿Qué áreas son accesibles para los visitantes? En este artículo encontrarás todos los consejos para visitar el Coliseo de Roma.
Roma, el centro del mundo antiguo, no tenía un anfiteatro construido con ladrillos a diferencia de las provincias. La arena de madera provisional para las peleas de gladiadores en el campo de Marte fue víctima del gran incendio del año 64 d.C. Vespasiano, sucesor del famoso emperador Nerón, dio el pistoletazo de salida en el año 72 para la construcción del Amphiteatrum Flavium. El magnífico edificio, ya celebrado por los poetas contemporáneos como una obra maestra arquitectónica única, más tarde llamado Coliseo, ya que fue construido junto a una colosal estatua del emperador Nerón. El anfiteatro estuvo en funcionamiento durante más de cuatro siglos, albergando luchas de gladiadores y de animales con animales exóticos importados de África.
2. El Panteón
Situado en Piazza della Rotonda, el Panteón es un poco anodino y gris a primera vista, pero cuando entres sabrás por qué el antiguo santuario de todos los dioses es uno de los monumentos más importantes de Roma. Uno de los monumentos antiguos más espirituales de Roma también.
3. La Plaza de España en Roma
La Piazza di Spagna es una de las plazas más famosas de Roma. Su nombre proviene del Palacio de España, sede de la Embajada de España ante el Vaticano ubicada en esta plaza desde el siglo XVII. La Piazza di Spagna se encuentra en uno de los barrios más populares de Roma, cerca de las calles principales de Via dei Condotti, Via Frattina y Via del Babuino, que albergan varias villas impresionantes de los siglos XVII y XVIII.
Si caminas por Via del Babuino, llegarás a Piazza del Popolo. En el centro de la plaza se encuentra el Obelisco Flaminio, uno de los obeliscos más altos de Roma, que se encontraba en el Circo Máximo.
Para obtener algunas de las mejores vistas de Roma, suba los escalones desde la Piazza del Popolo hasta la cima de la colina Pincian. La Plaza de España (Scalinata di Trinità dei Monti en italiano) fue construida a principios del siglo XVIII y conectaba la Piazza di Spagna y la Iglesia de Trinità dei Monti. Es una de las partes más famosas de Roma.
4. Ciudad del Vaticano, con la Basílica de San Pedro y el Museo del Vaticano con la famosa Capilla Sixtina en Roma.
El centro del mundo católico, esta hermosa basílica con su cúpula (diseñada por Miguel Ángel) tiene un interior impresionante. Este lugar es enorme, pero todo está en tal proporción que la escala se te escapa. Para darte una comparación, puedes ver la Estatua de la Libertad, la estatua y el pedestal (altura desde la base del pedestal hasta la antorcha: 93 m), debajo de la cúpula (altura interior de 120 m desde el piso hasta la parte superior de la cúpula) con espacio para reserva.
Baldacchino y la cúpula, Basílica de San Pedro
Además de entrar, puede tomar un ascensor hasta el techo y luego subir una larga subida de 323 escalones hasta la parte superior de la cúpula para disfrutar de unas vistas espectaculares. Durante la subida y antes de llegar a la cima, te pararás en el interior de la cúpula y mirarás hacia la basílica. Tenga en cuenta que hay muchas escaleras, por lo que no es para los débiles de corazón (literal o figurativamente) ni para los claustrofóbicos, ya que la última parte de la subida es un poco más baja que una escalera de caracol del ancho de los hombros. En lugar de omitir las puertas por las que entró, ingrese a la cripta para ver la tumba del Papa Juan Pablo II, la cripta sale por el frente
5. Galleria Borghese, visite el museo en el parque público de Villa Borghese.
La galería, una de las colecciones de arte privadas más famosas y valiosas del mundo, se remonta a la actividad coleccionista del cardenal Scipione Borghese, quien también era propietario del casino que albergaba la colección. Poco ha sobrevivido de la primera decoración y pintura interior del edificio, incluidos al menos los frescos de Claude Deruet en la capilla privada del cardenal. El casino originalmente albergaba solo la colección de antigüedades y esculturas del cardenal, mientras que la mayoría de las pinturas colgaban en el palacio de la ciudad de Borghese en Roma. En 1682 llegó al museo parte del patrimonio de Olimpia Aldobrandini, incluidos cuadros de las colecciones de Lucrezia d'Este.
